El siglo de los cirujanos
Jurgen Thorwaldse practicó la primera operación sin dolor, gracias a la anestesia, en
el Massachusetts General Hospital. Durante los cien años que
siguieron a esa fecha histórica, la cirugía dio grandes pasos para
liberar a la humanidad del dolor, las infecciones y la enfermedad,
pero los descubrimientos más trascendentes —como la anestesia, la
asepsia, la posibilidad de extirpar un apéndice o de intervenir en un
corazón vivo— fueron objeto de menosprecio y resistencia por parte
del propio estamento médico. Hacia finales del siglo XIX, los grandes
avances de la medicina —la narcosis, la antisepsia y la asepsia—
permitieron el acceso de los cirujanos a partes del cuerpo humano
intocables hasta entonces, como el hígado, el cerebro, la médula
espinal, los pulmones o la tiroides, e hicieron posible innovaciones
que parecieron prodigiosas, como el trasplante de córnea, que
sentaron los principios de la cirugía moderna.