Un rebelde y la ley
Alf Regaldie
Cuando Sidney Custer oyó que quedaba libre, que no se le consideraba culpable, no se movió un solo músculo de su rostro, en el que siguió dominando su gesto de hastío, de despectiva indiferencia por lo que podía suceder. El abogado defensor, un viejo de agradable aspecto, aunque presentaba inequívocos síntomas de alcoholismo crónico, se acercó a él y le tendió la mano. —Enhorabuena, señor Custer. Yo estaba convencido de su inocencia, y por eso me hice cargo de su defensa; con todo ello, a no haber sido por la valerosa declaración de esa joven, temo que habríamos fracasado. Le felicito y me felicito. —Gracias, señor Williers. ¿Qué le debo por su gestión?
Year:
1965
Language:
spanish
ISBN:
D2993085-15F1-4FAD-8AB5-6C7C29A49DB3
File:
MOBI , 331 KB
IPFS:
,
spanish, 1965